Una vez más los partidos políticos tradicionales han optado por elegir y ratificar al nuevo Contralor General de la República siguiendo las viejas prácticas – a tambor batiente y sin permitirle a la ciudadanía conocer más de los candidatos, olvidando que hoy más que nunca, exigimos transparencia y rendición de cuentas.
Es así que, ante este actuar, le corresponde al nuevo Contralor probarse ante los panameños mediante una gestión independiente y firme que rescate la confianza en la institucionalidad de tan importante organización del engranaje estatal.
El recién ratificado Contralor tiene el gran reto de llevar adelante una ejecución que presente una Contraloría General de la República moderna, transparente y que actúe en estricto apego a la ley, sin caer en la discrecionalidad que abre puertas a la corrupción. Una institución que no solo vigile, sino que también facilite de manera ordenada el correcto y eficiente uso de los recursos públicos, apoyando así el crecimiento económico y el bienestar social.
En momentos críticos para la gobernabilidad y la transparencia en Panamá, es fundamental que las instituciones que velan por el buen uso de los recursos públicos retomen su rol original con mayor firmeza y claridad. Desde la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP), hacemos un llamado enfático para que el nuevo Contralor General de la República recupere esa función primordial como fiscalizadora independiente y eficaz de los fondos públicos.
Corresponde alejar a la Contraloría de criterios políticos que, lejos de garantizar una gestión transparente y eficiente, han contribuido a la pérdida de confianza en las instituciones del Estado. Este mal uso de la fiscalización ha generado obstáculos innecesarios para las contrataciones estatales, o vía libre y expedita para aquellas que interesaban al poder.
Los recientes casos de los Auxilios Económicos, las partidas de la Asamblea Nacional y la Descentralización Paralela son ejemplos claros de cómo la falta de una fiscalización adecuada puede derivar en graves perjuicios para el país. Los funcionarios responsables de estos actos deben enfrentar estos hechos. La Contraloría tiene un rol esencial en asegurar que hechos similares no se repitan.
Señor Contralor: Panamá no puede seguir siendo testigo de escándalos que minan la confianza pública. Los panameños no toleraremos más la impunidad ni la corrupción en el manejo de los fondos que nos pertenecen a todos. Es hora de que la Contraloría General de la República recupere su verdadero sentido y se convierta en un pilar firme y confiable en la lucha por la transparencia y la eficiencia en la administración pública. Solo así podremos avanzar hacia un país más justo, próspero y equitativo para todos.
Juan Alberto Arias S.
Presidente CCIAP