Más allá de algunas satisfacciones y enseñanzas, el 2021 deja tras de sí muchas tareas pendientes que deben marcar el rumbo de Panamá para seguir avanzando durante el 2022.
En ese propósito, el trabajo del equipo de gobierno y la buena conciencia ciudadana, evidenciados en el 2021 y que han permitido ejecutar un exitoso plan de vacunación contra el COVID-19, deben prevalecer de manera sostenida para que las nuevas olas de contagios no nos hagan retroceder.
En cuanto a la serie de tareas pendientes, sobresale el rescate de la educación, sin la cual todos los esfuerzos en materia de desarrollo sostenible, salud e incluso institucionalidad, serán en vano. Una democracia no es viable sin una ciudadanía con herramientas que la hagan libre. Para esto, es imperante que los estudiantes y maestros regresen de manera segura a las aulas de clases a partir del próximo 7 de marzo, y que a esto se sumen políticas de Estado que logren la modernización de la educación nacional, a la cual debemos concurrir todos de manera comprometida y visionaria.
Entre tanto se trabaja en este impostergable proyecto común, hay que brindar atención urgente al tema de la seguridad social, especialmente el Programa de Invalidez, Vejez y Muerte, una amenazante bomba de un tiempo que se acaba. Somos optimistas en que la incorporación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al Diálogo por la Caja de Seguro Social apoyen en lograr tales objetivos.
Igualmente, se requiere alcanzar la reactivación de los diversos frentes de producción, tanto para contener su deterioro como para ampliar y fortalecer nuestra competitividad interna y regional, necesarias para la atracción de capitales y la generación de empleo. Esto será posible en la medida en que se tomen decisiones responsables en las finanzas públicas.
Con igual prioridad, se necesita pasar de las expectativas a los hechos concretos que permitan convertir el turismo en factor de progreso para todo el país, en lo que damos pasos firmes en pro del fortalecimiento de la agroindustria y la logística.
Urge materializar, por otro lado, esa vieja aspiración, como sociedad y como Estado, de castigar la corrupción; ese cáncer que carcome nuestro entorno, y con ello, las esperanzas de un mejor mañana. En tal sentido, se requieren con prontitud los cambios al Sistema de Administración de Justicia y trabajar en salir por siempre de las listas discriminatorias que hoy marginan al país en la esfera internacional.
En 2022, la CCIAP incentiva a que cada panameño se empodere y trabaje diariamente por su bienestar y el de sus conciudadanos, entendiendo que en la medida en que a uno le va bien, al país le va mejor; esto permitirá construir un futuro sólido y sostenible para las próximas generaciones.
Jose Ramón Icaza Clément
Presidente CCIAP
